La letra base de la escritura es la minúscula; por tanto, la mayúscula debe aplicarse sólo en los casos que la norma prescribe.
CUESTIONES
FORMALES
1. La escritura enteramente en
mayúsculas se utiliza únicamente: en las siglas, en los números romanos y en
los textos cortos de carácter informativo.
2. El empleo de mayúsculas en
interior de palabra debe evitarse, aunque es un fenómeno cada vez más extendido
en la formación de siglas, acrónimos y nombres comerciales.
3. Cuando los dígrafos ch
y ll forman parte de una sigla,
sólo se escribe en mayúscula la primera letra (PPCh: Partido Comunista de China) para evitar su
interpretación como iniciales de dos palabras distintas (CDCH: Centro de Desarrollo
Científico y Humanístico). Al no
existir este riesgo en el resto de dígrafos únicamente se conserva la primera
letra (QIR: químico interno residente).
Del mismo modo se comportan las
abreviaturas de los antropónimos (las iniciales de los nombres propios): cuando
la inicial es el dígrafo ch o ll, se conserva completo, pero sólo se
usa la mayúscula en la primera letra (J.
A. Ch. por José Antonio Chamorro);
en el resto de dígrafos únicamente se mantiene la primera letra (M. G. por María Guerrero).
mayúscula
inicial
De
acuerdo con la posición que la palabra ocupe en el texto, la puntuación exige
su escritura en mayúscula inicial en los siguientes casos:
1.
La primera palabra de un enunciado o la que aparece después de un punto. Si el
primer elemento es una cifra, la palabra que le sigue debe escribirse en
minúscula: 10 consejos útiles.
2.
La palabra que sigue a los puntos suspensivos cuando cierran un enunciado (Asistieron amigos, familiares, vecinos… La
boda fue un éxito), pero si el enunciado continúa tras ellos, la palabra
que los sigue se escribe con inicial minúscula (Fue una experiencia muy…
inquietante, diría yo).
3.
En las oraciones interrogativas y exclamativas hay dos posibilidades:
3.1.
Si la pregunta o exclamación constituyen la totalidad del enunciado y, por
tanto, sus signos de cierre equivalen a un punto, tanto la primera palabra de
la pregunta o exclamación como la palabra que inicia la oración siguiente se
escriben con mayúscula inicial: ¿Te
encuentras bien? Tienes mala cara.
¡Qué
bonito! Es un regalo precioso.
3.2. Si la pregunta o exclamación
forma parte de un enunciado, pueden darse dos casos:
3.2.1. Cuando la pregunta o
exclamación inicia el enunciado, la palabra que sigue al signo de apertura se
escribe con mayúscula y la que sigue al signo de cierre, con minúscula: ¿Qué te apetece hacer hoy, le preguntó nada
más levantarse. También cuando se suceden varias preguntas o exclamaciones
constituyentes de un mismo enunciado y que se separan unas de otras por signos
de coma o punto y coma: ¿Dónde vives?,
¿con quién vives?, ¿compartes piso? No obstante, en este mismo caso, si
cada pregunta se considera un enunciado independiente, debe iniciarse con
mayúscula: ¿Dónde vives? ¿Con quién
vives? ¿Compartes piso?
3.2.2. Si la pregunta o exclamación
no se produce al comienzo del enunciado, la palabra que sigue al signo de
apertura de interrogación o exclamación se escribe con minúscula: Pero ¡qué día tan bonito!; Haces mucho
deporte, ¿no?; Juan, ¿puedes ayudarme?
4.
Tras los dos puntos, hay que iniciar el texto con mayúscula si estos anuncian
el comienzo de una unidad con independencia de sentido, como en los siguientes
casos:
4.1. En las
fórmulas de encabezamiento o saludo de una carta, fax o correo electrónico:
Estimada amiga:
Quería agradecerte…
4.2. En la reproducción de palabras
textuales: El diputado aseguró: «No tengo
ninguna implicación en los hechos»; salvo si la cita empieza por puntos suspensivos: Sus declaraciones terminaban así: «…. por tanto, no pienso dimitir».
4.3.
En los epígrafes y subtítulos de un libro o documento, o en los elementos de
una
enumeración en forma de lista,
cuando el texto explicativo que los sigue comienza en la misma línea: El tenis femenino: El primer torneo de tenis
de mujeres se celebró en 1973.
4.4. Tras las palabras ejemplo, advertencia, etc., cuando preceden
a enunciados con plena independencia sintáctica y de sentido: AVISO:
Entre las 16:00 y las 18:00 el suministro
de agua quedará suspendido.
4.5.
En las explicaciones precedidas de expresiones explicativas como a continuación o siguiente(s), como sigue:
El modo de aplicación de la pintura es el siguiente:
Primero, se limpia bien la zona y se deja secar. Después,…
4.6. Tras verbos como solicitar, exponer, certificar, fallar,
etc., cuando, escritos enteramente en mayúsculas, presentan el objetivo
fundamental de ciertos documentos administrativos o jurídicos:
EXPONE:
Que reúne
todos los requisitos para acceder a la beca….
CERTIFICA:
Que Ra Abad
Formoso ha obtenido la calificación …
4.7. Tras las rayas que sirven para
introducir cada uno de los elementos de una relación escritos en líneas
independientes, cuando esta relación se compone de enunciados completos. Debe
dejarse un espacio en blanco entre la raya y el texto, y cerrar el enunciado
con un punto:
Entre los rasgos de la variedad lingüística del
extremeño, sobresalen los siguientes:
― Se conserva el partitivo latino en expresiones como “unos pocos de”.
― Se produce el cierre de las vocales átonas postónicas o, e en u, i: libru,
grandi.
― Hay restos lexicalizados de la f- inicial latina: hierru, humo, hoscu…
― Se dan formas de la tercera persona del plural del perfecto fuerte por
analogía con las de la
tercera del singular: hizun (hicieron), truxun (trajeron).
― En algunas localidades de Las Hurdes aparecen formas leonesas de tercera persona del plural del pretérito en –orin: cantorin (cantaron), bebiorin (bebieron), etc.
NOMBRES
PROPIOS Y EXPRESIONES DENOMINATIVAS
CUESTIONES GENERALES
1. Se escriben con mayúscula los
nombres propios y palabras del léxico común cuando designan entes únicos con
función identificativa: expresiones pluriverbales de instituciones, (organismos, obras de creación, etc.),
nombres antonomásticos (el Filósofo, por Aristóteles; el Salvador por
Jesucristo) o personificados (la Muerte, el Mal).
2. En las expresiones denominativas
pluriverbales, la mayúscula inicial puede aparecer en todas las palabras
significativas (Ministerio de Asuntos
Exteriores) o sólo en la primera palabra, en combinación con la cursiva o
las comillas para delimitar su extensión: el
mejor poema de Marinero en tierra es «Sueño
del marinero».
la tilde y la diéresis
Las reglas de uso de la tilde y la
diéresis se aplican a todas las palabras, estén escritas en mayúsculas o
minúsculas (Ángel, ANDALUCÍA, SIGÜENZA), a excepción de los acrónimos que se escriben enteramente
en mayúsculas: CIA (Central Intelligence Agency), CIE (centro
de internamiento de extranjeros). Ahora bien, en el caso de
los acrónimos lexicalizados, que se escriben con minúscula o mayúscula inicial
(como los nombres propios), deben aplicarse las reglas generales de acentuación
gráfica: euríbor (acrónimo de eur[o]
i[nter]b[ank]
[o]ffered r[ate]), Fundéu (acrónimo de Fun[dación
del] E[spañol] U[rgente]).
SE ESCRIBEN
CON MAYÚSCULA INICIAL
1.
Antropónimos: nombres de pila y apellidos: María
del Carmen Martínez, Juan de la Cruz. También los HIPOCORÍSTICOS: Pili, Tino, Luismi, Charo. Esta
mayúscula se mantiene en los usos de plural: Conozco muchos Pedros/González.
Si
un apellido comienza por preposición, o por preposición y artículo, éstos se
escriben con minúscula cuando acompañan al nombre de pila: Juan de la Rosa, Irene de Torres. Cuando se omite el nombre, la
preposición se escribe con mayúscula: señora
De Torres, De la Rosa.
Si el apellido comienza con artículo, éste se escribe con mayúscula,
se anteponga o no el nombre de pila: Arturo La Merced, señor La Merced.
En los apellidos unidos por la
conjunción y, ésta se escribe con
minúscula: Ramón y Cajal, Ortega y
Gasset.
Deben mantener la mayúscula los
nombres de autores que se emplean para designar sus obras: un Picasso, varios Lempicka.
2. Nombres o expresiones comunes que
se utilizan como antropónimos, tanto nombres propios traducidos de otras
lenguas (Toro Sentado) como nombres propios de personajes de fábulas o cuentos
infantiles, incluidas las personificaciones de animales: el Gato con Botas. Por el contrario, se escriben con minúscula si
su función es referencial: el gato del
cuento.
3. Nombres que designan familias y
dinastías: los Borbones, la dinastía
Ming. Se escriben con minúscula si se emplean como adjetivos: los reyes borbones. Los linajes y
dinastías que se designan como un patronímico –nombre derivado del fundador que
se usa para designar a sus descendientes- se escriben con minúscula: los nazaríes (de Názar), el rey sasánida
(de Sasán).
4. Apodos, alias, sobrenombres y pseudónimos: el Rey Sol; el Greco; Ernesto Guevara,
alias el Che; la Dama de Hierro; Isabel la Católica; Azorín. Si les
antecede un artículo, éste debe escribirse con minúscula, y si, a su vez, el
artículo va precedido de la preposición a
o de, se forman las contracciones
al y del: Me fascina el estilo del
Greco; Al Che lo asesinaron en Bolivia. Cuando aparecen en el interior del
nombre oficial o sustituyen al nombre de pila, se escriben entrecomillados o se
resaltan con cursiva, incluido el artículo: Ernesto
“Che” Guevara, el “Che”.
5. Nombres propios que designan particularizadamente a deidades,
dioses, profetas y otros seres religiosos, mitológicos o fabulosos: Alá, Jehová, Mahoma, el Espíritu Santo, Satanás, Lucifer, Quetzalcóatl Odín,
Vulcano, Júpiter, Polifemo, Pegaso, San Isidoro. Sin embargo, los sustantivos comunes que designan las clases de estos seres
se escriben con minúscula: una sirena, un
fauno, las musas, el cíclope.
El sustantivo Dios se
escribe con mayúscula inicial, y sin artículo, cuando se emplea como nombre
propio con carácter onomástico, para designar al ser supremo de una religión monoteísta
(divinidad por antonomasia): En el islam
no está permitido representar a Dios en imágenes. La mayúscula se mantiene,
asimismo, en los refranes y frases hechas: A
Dios rogando y con el mazo dando; Como Dios manda; Se armó la de Dios, ¡Ay,
Dios mío!
En cambio, debe escribirse con minúscula inicial cuando se emplea como nombre común para referirse al ser
supremo de modo genérico: Jehová es el
dios de los judíos y cristianos; Se cree un dios (pero Se cree Dios); No hay más
dios que Alá; o a divinidades de
religiones politeístas: ¡Oh, dioses, velad
por nosotros!; el dios Apolo; la diosa Pachamama.
Los sustantivos diablo o demonio,
apelativos comunes utilizados para referirse a Satanás o Lucifer, el ángel
caído, se escriben con minúscula: Fausto vendió su alma al diablo; Las
brujas fueron acusadas de fornicar con el demonio.
Aunque es habitual en los textos religiosos escribir con
mayúscula los pronombres personales referidos a la divinidad, o a personas
sagradas como la Virgen, no hay razón lingüística que lo justifique, ya que en
español esta categoría de palabras se escribe con minúscula. Por lo tanto, se
recomienda evitar la mayúscula en estos casos: Ve con Dios, que él te guíe (y no * que Él te guíe), Bendita tú
eres entre todas las mujeres (y no *Bendita
Tú eres).
Desde un punto de vista lingüístico, tampoco
hay razón alguna para escribir con mayúscula los nombres que designan conceptos
religiosos, por lo que se recomienda su escritura con minúscula inicial: misa, eucaristía, comunión, cielo,
purgatorio, parábola… Desde un punto de vista lingüístico, sólo resulta admisible
(aunque no obligatoria) la mayúscula en sustantivos como cielo, infierno, paraíso, etc., cuando funcionan como topónimos (si
bien de carácter imaginario o mítico), aludiendo a los lugares de destino de
las almas tras la muerte: En el Cielo
sólo entrarán los elegidos; Dante situó en el Infierno a las más altas
jerarquías eclesiásticas por su avaricia y nepotismo; Adán fue expulsado del
Paraíso. Obviamente, en los usos derivados o metafóricos de estos vocablos,
la mayúscula carece de sentido: Aquel
pueblo abandonado era un paraíso; El crucero de placer resultó un infierno.
6. Advocaciones y apelativos
antonomásticos: el Creador, el
Todopodero, la Purísima, la Inmaculada, el Maligno, la Virgen de los Dolores,
el Cristo de la Agonía, el sagrado Corazón de Jesús, Jesús del Gran Poder,
Cristo Redentor, el Santo Sepulcro, el Buda de la Luz Ilimitada.
7. Personificaciones de conceptos
abstractos o de los vientos en textos alegóricos: La Justicia es una matrona con los ojos vendados; A diferencia del crudo y frío Bóreas, el
viento del norte, Céfiro era más cálido y benevolente.
8. Nombres propios de animales, plantas y objetos
singularizados: Moby Dick, Rocinante, el
Big Ben, la Tizona, el Titanic, la Voyager. Si van acompañados de artículo,
éste se escribe con minúscula. Por tratarse de nombres propios se escriben en
redonda.
9. La primera palabra de los nombres latinos de especies y
subespecies de animales y plantas usados en la nomenclatura internacional, que,
además, se escriben en cursiva: Homo
sapiens, Felis silvestris catus, Platanus acerifolia. También se escriben
con mayúscula y en cursiva los términos latinos que designan los taxones
zoológicos y botánicos: la familia Cyatheaceae, el orden Coleoptera, la clase Insecta.
10. Nombres propios de cuerpos celestes,
galaxias, constelaciones, estrellas, planetas y satélites: Marte, la Osa Mayor, la Vía
Láctea, el cometa Halley. Las palabras tierra,
sol y luna se escriben con mayúscula cuando se usan como nombres propios en
contextos astronómicos para aludir a los respectivos astros: Mercurio es el planeta más cercano al Sol;
le siguen Venus, la Tierra (orbitada por la Luna), Marte, Júpiter y Saturno.
Fuera de estos casos, tanto en casos rectos como derivados, se escriben con
minúscula: Se levanta al salir el sol;
Hoy hay luna llena; Ha desparecido de la faz de la tierra. Las
expresiones referenciales también se escriben con minúscula: estrella polar.
11. Nombres de los signos del Zodiaco (Nació bajo el signo de Sagitario), pero se escriben con minúscula cuando
se aplican a personas que han nacido bajo ellos: Juan es un tauro con ascendente en libra.
12. Los nombres propios de tormentas, huracanes
y otros fenómenos atmosféricos u oceánicos: la
borrasca Filomena, el tifón Fred, la corriente del Labrador. El nombre común genérico
que los acompaña se escribe con minúscula.
13. Nombres propios de accidentes geográficos: río Miño, mar Cantábrico, océano Atlántico,
sierra de Gredos, cordillera de los Andes, cabo de Gata, golfo de Vizcaya, lago
de Sanabria, islas Baleares, falla de San Andrés, península ibérica (cuando el sustantivo genérico va seguido de un adjetivo que
deriva de un topónimo y que se corresponde con el accidente, ambos se escriben
con minúscula; pero, si no le sigue el adjetivo, puede escribirse con
mayúscula, pues se trata de una antonomasia: Se han alcanzado los 45 oC en el sur de la Península).
Los nombres comunes genéricos que los acompañan se escriben
con minúscula, excepto si:
13.1. forman parte de la denominación, lo que sucede cuando
denotan una realidad distinta de la que corresponde a su significado: Mar del Plata (que es una ciudad y no un
mar), Cabo Verde (que es una isla);
13.2. no exigen la anteposición del artículo para integrarse
en el enunciado: Fui a esquiar a Sierra
Nevada; y
13.3. el sustantivo genérico no es el que habitualmente se
emplea para referirse al tipo de realidad designada: la Selva Negra (región montañosa).
Se escriben también con mayúscula inicial
algunos nombres comunes geográficos cuando se utilizan onomásticamente: el Estrecho (por el estrecho de
Gibraltar para los española), la
Cordillera (los Andes para chilenos y argentinos), el Golfo (por el golfo de México para los mejicanos).
14. Nombres propios de regiones naturales y
comarcas, pero no el artículo que las acompaña: la Alcarria, las Alpujarras.
15. Nombres propios de continentes, países, divisiones territoriales y ciudades, ya sean reales o imaginarios: África, Polonia, Galicia, Orense, La Habana, Macondo, Vetusta, El Dorado, la Atlántida, el País de Nunca Jamás. Si un sustantivo genérico forma parte de la denominación, debe escribirse asimismo con mayúscula: Ciudad de México, País Vasco.
La mayúscula se aplica también a las
denominaciones antonomásticas usadas como alternativas estilísticas: el Nuevo Mundo [ = América], el Viejo Continente [ = Europa], la Santa Sede [ = el Vaticano], la Ciudad Eterna [ = Roma], la Tacita de Plata [ = Cádiz], la Ciudad de la Luz (París). Esta
mayúscula se mantiene en los usos en plural: Conoce las dos Córdobas, la argentina y la española.
16. Sustantivos y adjetivos que forman parte
del nombre de zonas geográficas que abarcan varios países y se conciben como
áreas geopolíticas con características comunes: Occidente, el Cono Sur, América Latina, el Magreb, Europa del Este, pero
no las denominaciones que no se sustentan en criterios geográficos: tercer mundo, zona euro…
17. Nombres propios de las divisiones
territoriales de carácter administrativo, pero no el nombre común genérico que
los precede: el departamento de Arequipa, el estado de Arizona, la
provincia de Orense, la diócesis de Cartagena.
18. Nombres propios de barrios, urbanizaciones,
calles, espacios urbanos y vías de comunicación (pero no el nombre común
genérico que los precede): el barrio de
las Letras, calle (de) Alcalá, la plaza Mayor, paseo de los Tristes, la avenida
de la Libertad, la carretera panamericana. En denominaciones en las que el
genérico aparece pospuesto, como suele ocurrir en nombres tomados o traducidos
de otras lenguas, se escriben con mayúscula inicial todos los elementos: la Sexta Avenida, Wall Street, Potsdamer Platz, la
Grande Place.
19. Los términos que componen la denominación
de caminos y rutas de carácter histórico, turístico o cultural: el Camino de Santiago, la Ruta de la Seda,
Vía de la Plata, Camino del Cid, la Cañada Real, Caminos del Arte Rupestre.
20. Todas la palabras significativas que
componen la denominación completa de entidades , instituciones, organismos,
departamentos y secciones administrativas, asociaciones, órdenes religiosas,
hermandades, cofradías, unidades militares, partidos políticos, compañías
teatrales, grupos musicales, equipos deportivos, etc.: Ministerio de Educación y Formación Profesional, Biblioteca Central,
Universidad Nacional de Educación a Distancia, Facultad de Filología, Orden
Nacional de la Legión de Honor, Regimiento de Cazadores de Montaña, Partido
Socialista Obrero Español, Médicos Sin Fronteras, Nova Trova Cubana, Alaska y
Pegamoides. Si el sustantivo genérico forma parte de la denominación, éste
se escribe en mayúscula (la Academia de
Bellas Artes, la Universidad de Salamanca); cuando no sea así, se escribe
con minúscula: la organización Amnistía
Internacional. La mayúscula inicial se mantiene en su mención abreviada,
pero no debe aplicarse al artículo que las antecede: la Complutense, la UPV. Asimismo, se escriben con mayúscula sus
denominaciones alternativas antonomásticas: la
Cámara Baja [ = el Congreso], la
Benemérita [ = la Guardia Civil], la
Roja [ = la selección española de fútbol].
21. Adjetivos y sustantivos que forman parte de
la denominación de sedes de entidades o instituciones, edificios singulares o
monumentos: el Coliseo, la Casa Blanca,
el Palacio de Cristal, la Catedral de Santiago, la Pirámide de la Luna, la
Torre de Pisa, la Puerta de los Leones, la Estatua de la Libertad, la Casa de
las Conchas. La mayúscula se aplica también a las denominaciones coloquiales
alternativas, pero no a los artículos que las acompañan: la Gran Pirámide, la Catedral (estadio del Athletic Club bilbaíno).
22. Las palabras significativas del nombre de
establecimientos comerciales, culturales
o recreativos: (bar) Aquí Te Espero,
(grandes almacenes) El Corte Inglés, (mercería) Aguja y Dedal, (hotel) La
Estación. Si el nombre es una expresión autosuficiente, el genérico se
escribe con minúscula: restaurante El
Choco de la Chuleta, bar Las Dos Palomas. En cambio, si en el nombre del
establecimiento el término específico complementa al genérico (como sustantivo
en aposición, adjetivo o complemento preposicional), éste puede escribirse
tanto con minúscula (opción recomendada) como con mayúscula: café La
Granja (o Café La Granja),
teatro Victoria Eugenia (o Teatro Victoria Eugenia), parque del Retiro (o Parque del Retiro).
23. Determinados sustantivos cuando designan
entidades u organismos de carácter institucional aunque la mayúscula no afecta
a los especificadores que los acompañan: la
Iglesia católica, el Ejército, la
Armada, la Universidad, la Policía,
el Parlamento, el Gobierno español, la Administración central. En cambio,
cuando no designan la institución, se escriben con minúscula: una iglesia románica (un edificio), la policía (una agente); ni cuando se
emplean en singular con valor colectivo, refiriéndose a grupos concretos de
individuos: El ejército [las tropas] se retiró; La policía [una dotación] lo detuvo.
24. La primera palabra del título de una obra de creación
(libro, película, pintura, escultura, pieza musical, programa de radio o
televisión, etc.): Libro de buen amor,
Cien años de soledad, Las señoritas de Avignon, El peine del viento, El lago de
los cisnes, Pasión de gavilanes, La sociedad de la nieve. No es correcto
escribir todos los elementos con mayúscula (*Libro de Buen Amor; *El Peine
del Viento), ya que el uso
obligatorio de la cursiva los delimita suficientemente. La misma norma debe
aplicarse a los títulos en otra lengua citados en textos españoles: Il barbiere di Siviglia, West side story. También se escribe con mayúscula
inicial la primera palabra de los títulos abreviados o alternativos, pero no el
artículo que los antecede: la Celestina,
el Quijote, la Quinta sinfonía.
Los títulos de artículos, reportajes, cuentos o
poemas que se citan junto al de la obra mayor en la que se incluyen se
delimitan con comillas: Recitó «A un olmo
seco», de Campos de Castilla de Antonio Machado.
25. La primera palabra del título de las
subdivisiones o secciones internas de una publicación o documento (capítulos de
un libro, titulares de prensa, columnas de opinión, etc.). Cuando se hace
referencia a ellos dentro de un texto, se delimitan con comillas: El capítulo tres del Quijote, «Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo
don Quijote de armarse caballero», es una parodia del rito de investidura, muy
en boga en la época medieval.
26. Sustantivos y adjetivos que forman parte
del título de los textos sagrados y de
los libros que los componen, así como sus denominaciones antonomásticas, pero
no el artículo que los acompañan: la
Biblia, el Corán, la Torá, el Libro de los Muertos, el Antiguo Testamento, las
Sagradas Escrituras.
27. La primera palabra, los sustantivos y
adjetivos de que forman parte del nombre de publicaciones periódicas o de
colecciones: El País, La Vanguardia,
Biblioteca Románica Hispánica.
28. Las palabras significativas del título de documentos
oficiales o históricos (tratados, convenciones, acuerdos, declaraciones, etc.),
y de textos legales y jurídicos (fueros, códigos, leyes, decretos…): la Carta de Naciones Unidas; la Convención
de Ginebra; el Código Civil; la Ley 40/1998, de 9 de diciembre, del Impuesto de
sobre la Renta de las Personas Físicas y otras Normas Tributarias. Cuando
el título es muy largo, se escribe con cursiva o entre comillas y la
mayúscula se aplica sólo a la primera palabra: Aténgase a lo indicado en la «Ley 17/2005, de 19 de julio, por la que
se regula el permiso y la licencia de conducción por puntos y se modifica el
texto articulado de la ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y
seguridad vial».
No se escriben con mayúscula los nombres
alternativos de carácter referencial con los que se designan comúnmente
determinadas leyes, y que no se corresponden con su título oficial: ley sálica, ley seca, ley de extranjería.
29. La primera palabra del título de ponencias,
discursos, ponencias y exposiciones. Si se cita dentro de un texto, se escribe,
además, entre comillas: La reina inauguró
la exposición «Cuarenta años de
amistad».
30.
Las palabras significativas que forman parte del nombre o título de programas,
planes o proyectos: Plan de Recuperación,
Transformación y Resilencia, Proyecto del Genoma Humano. Si la denominación
es larga, se escribe con cursiva o entrecomillada y la mayúscula se aplica sólo
a la primera palabra: Presentó el «Programa para la atención de grupos de bajo
rendimiento escolar».
31.
La primera palabra de lemas, consignas y eslóganes. En el interior de los
textos se escriben además entre comillas: El
Ministerio de Sanidad lanzó en 1990 una campaña para el uso de preservativo con
el lema «Póntelo, pónselo».
32.
Sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de asignaturas y cursos: Filosofía, Química Orgánica, Curso de Crítica Literaria. Cuando la
denominación es larga, se escriben entrecomillados y la mayúscula se aplica sólo a la primera
palabra: Me matriculé en «Historia del
pensamiento político en la Edad Media»
33.
Las palabras significativas que forman parte del nombre de eventos culturales o
deportivos (congresos, exposiciones, ferias, torneos, etc.): Jornadas de Innovación Docente, V Congreso de educación para la
Transformación Social, Bienal de Venecia, salón del Cómic, Juegos Olímpicos,
Copa del Rey, Semana de Cine Fantástico y de Terror, festival Internacional de
Cine.
34.
Las palabras significativas que forman parte del nombre de premios y
condecoraciones: los Premios Princesa de
Asturias, la Gran Cruz de Isabel la Católica, el Premio Nobel de Literatura.
35.
Sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de festividades (civiles,
militares y religiosas) y de los
períodos litúrgicos: la Navidad, el Año Nuevo, el Día Internacional
de la Mujer, Día de la Madre, la Pascua Militar, Semana Santa, Ramadán, Fiesta del Trabajo, Primero de Mayo.
36.
Nombres de las divisiones geológicas y paleontológicas, pero no los adjetivos
que los acompañan: el Pleistoceno, el
Jurásico inferior. Si el período se designa mediante un sustantivo genérico (era, período) seguida de un
adjetivo, se escriben con minúscula ambos componentes: la era mesozoica, el período carbonífero.
37.
Los nombres de los períodos en que se dividen tanto la prehistoria como la
historia: el Paleolítico superior, la
Edad de los Metales, la Antigüedad, el Medievo, la Alta Edad Media, el
Renacimiento, el Siglo de las Luces, la Ilustración, el Romanticismo, el Tercer Reich, la
Guerra Fría.
38.
Sustantivos y adjetivos que forman parte de la denominación de acontecimientos
históricos relevantes que dan nombre a determinados períodos: la Reconquista, la Contrarreforma, la Semana
Trágica, la Gran Depresión, la Primavera de Praga, la Guerra Civil. Si se
trata de acontecimientos puntuales, que no dan nombre a períodos históricos, no
debe emplearse la mayúscula: el motín de
Esquilache, la toma de la Bastilla, el desembarco de Normandía.
39.
La parte específica de la denominación de los nombres propios de guerras y
batallas, pero no los genéricos guerra y
batalla: la guerra de los Cien Años, la
guerra de Secesión, la guerra del Opio, la batalla de Trafalgar. Si no se
trata de una expresión singularizadora, deben escribirse con minúscula: las guerras carlistas. Los nombres de
los dos conflictos mundiales se escriben con mayúscula en todos sus
componentes: Primera Guerra Mundial y
Segunda Guerra Mundial.
40.
Las palabras significativas que forman parte de la denominación de imperios y
revoluciones, salvo que se trate de adjetivos gentilicios: la Revolución Industrial, la Revolución de los Claveles, el Imperio del
Sol Naciente, pero la Revolución
rusa, el Imperio romano.
41. Marcas y nombres comerciales, por su condición de nombre propio: Me gusta el anuncio Coca-Cola; Ha salido al mercado un nuevo modelo de Toyota; Me han instalado el Windows Vista; lo he buscado en Google; El logo del Chupa Chups lo diseñó Dalí. Debe mantenerse la mayúscula cuando el nombre designa un producto de la propia marca: Me he comprado un Seat. En cambio, se escribe con minúscula cuando designan cualquier objeto o producto de características similares: Me tomé una coca-cola [ = refresco de cola]; A mi hija le encantan los chupachups [ = caramelos de forma esférica con palito].
USOS INCORRECTOS
1. Aunque tradicionalmente se ha
empleado la mayúscula para marcar el respeto y la relevancia de determinadas
personas o cosas (rey, patria…) o
para destacar conceptos considerados relevantes (humanidad, naturaleza, universo), es recomendable evitar estos
usos, ya que responden a criterios extralingüísticos, subjetivos y de difícil
regularización.
2. No debe emplearse la mayúscula para
distinguir acepciones diferentes en palabras polisémicas (cabo, banco, cura,
sirena, lengua), salvo si éstas designan entidades institucionales: el Estado, el Parlamento, el Gobierno, la
Iglesia.
3. Hay contextos donde puede optarse por la mayúscula o la minúscula en función de diversos factores. Siempre que exista duda en su aplicación, al ser la mayúscula la forma marcada y excepcional, debe seguirse la recomendación general de utilizar preferentemente la minúscula.
LA MAYÚSCULA EN SIGLAS Y ACRÓNIMOS
1. Las siglas que tienen que leerse, en todo o
en parte, deletreando sus componentes deben mantener su escritura en
mayúsculas: PSOE [pe-sóe], FBI [éfe-bé-í]. En cambio, los acrónimos
(las siglas cuya grafía permite leerlas secuencialmente: OTAN, UNESCO, UCI, IVA) pasan a lexicalizarse en muchas
ocasiones y a escribirse enteramente en
minúsculas si se trata de nombres comunes (ovni,
uci, mir, radar, láser) o con mayúscula inicial si se trata de nombres
propios (cuando tienen más de cuatro letras): Mercosur, Unesco, Unicef.
2. El uso combinado de mayúsculas y minúsculas
es admisible cuando se añaden especificaciones a siglas ya constituidas: ARNm (ácido ribonucleico mensajero), PCEr (Partido Comunista de España
reconstituido). Asimismo, es frecuente actualmente escribir únicamente en
mayúscula la inicial de los componentes de la sigla y mantener en minúscula las
letras no iniciales o los conectores gramaticales (preposiciones o
conjunciones): DGTel (Dirección General de Telecomunicación),
JpD (Jueces para la Democracia).
3. Los desarrollos de sigla y acrónimos llevan
las mayúsculas y minúsculas que les corresponden por su naturaleza: Banco Central Europeo (BCE), con
mayúsculas iniciales por ser el nombre propio de una institución, frente a documento nacional de identidad (DNI) o tecnologías de la información y la
comunicación (TIC), con minúsculas por tratarse de expresiones
referenciales.
OTROS USOS DE LA MAYÚSCULA
1. Los números romanos se escriben con letras
en forma mayúscula, excepto cuando se usan para enumerar apartados o elementos de
una lista, que se escriben frecuentemente en minúscula y se denominan, por
ello, romanitos. Cuando acompañan a sustantivos escritos en minúscula, se
recomienda escribirlos en versalitas: siglo
XV, páginas LIII-XXC. Se escriben en mayúscula cuando aparecen solos
o acompañan a sustantivos escritos con inicial mayúscula: Alfonso X, III Congreso Internacional. Si se emplean con valor
ordinal, no deben acompañarse de letras voladas: II Guerra Mundial (*II.a
Guerra Mundial), tomo VI (*tomo VI.o).
2. Se
escriben con mayúscula los símbolos de los puntos cardinales (N, SE, ENE), los códigos fijados por
entidades de normalización (BCN por
aeropuerto de Barcelona, FS por
franco suizo), las unidades de medida derivadas de nombres propios (N por newton, W por vatio) y
los prefijos de múltiplos de unidades de
medida a partir de mega- (M- por mega, G- por giga, T- por tera). Se
escriben sólo con la primera letra mayúscula los símbolos de los elementos
químicos (H, Hg) y los de los libros
de la Biblia (Ex, Lv).
SE ESCRIBEN CON MINÚSCULA
No
son nombres propios, por tanto no deben escribirse con mayúscula:
1. Los tratamientos, tanto si preceden al
nombre propio (don, doña, fray, sor, san(to)/ta, etc.) como los que pueden usarse sin él: señor/a,
doctor/a, licenciado/da, reverendo/da, usted, excelencia, (su) señoría, etc. Solo se admite su escritura con
mayúscula inicial en los tratamientos de las más altas dignidades cuando no van
seguidos del nombre propio de la persona a la que se refieren: La recepción a Su Santidad será esta tarde,
pero Aterrizó su santidad Benedicto XVI.
Las abreviaturas de los tratamientos sí se escriben con mayúscula inicial.
2. Los sustantivos que designan títulos nobiliarios,
dignidades o cargos -sean civiles, militares, religiosos, públicos o privados-,
tanto en sus usos genéricos (El rey reina, pero no
gobierna), como si se refieren a una persona concreta: La reina saludó al papa en su visita a España; El presidente del Gobierno llegó con la ministra de Defensa y
el general Martínez, jefe del Estado Mayor.
3. Los
nombres de penínsulas formados con un adjetivo derivado del topónimo al que
corresponde dicho accidente: la península ibérica, la península arábiga. Si el topónimo aparece en el
complemento especificativo, mantiene su mayúscula: la
península de Crimea; también se escribe con mayúscula la parte
específica de la denominación si se trata de un nombre propio genuino: la península Valiente.
4. Los nombres de los puntos cardinales (norte, sur, este, oeste) y de los puntos del horizonte
(noroeste, sudeste, etc.): La
brújula señala el norte; Viajamos rumbo
al sur; Vivo al este de Jalisco; Sopla viento del noroeste.
5. Los nombres de los hemisferios, las líneas
imaginarias y los polos geográficos: el hemisferio sur, el círculo polar, el ecuador, la eclíptica, el polo norte
geográfico, etc. La
palabra polo sólo se escribe con
mayúscula inicial cuando, en calidad de topónimo, designa la región geográfica:
En el Polo Norte se alcanzan temperaturas
de 40 oC bajo cero.
6. Los nombres de los vientos: el austro, el mistral, el levante, salvo que se trate de personificaciones en
textos poéticos.
7. Los nombres de los días de la semana, así
como de los meses y las estaciones del año: Hoy es
lunes, 23 de mayo; Estoy deseando que
llegue el verano. Se escriben con mayúscula cuando formen parte de
una denominación más amplia que así lo exija, como festividades, fechas históricas,
espacios urbanos, instituciones u organizaciones: Viernes
Santo, Feria de Abril, plaza del Dos de Mayo, Primavera
de Praga.
8. Los nombres de las notas musicales: Una melodía en fa mayor.
9. Los nombres de los principios activos de los
medicamentos: amoxicilina, ibuprofeno, paracetamol. En cambio, los nombres comerciales
registrados son nombres propios, al igual que las marcas, por lo que se
escriben con mayúscula inicial: Prozac, Nolotil.
10. Las denominaciones de impuestos y tasas,
como impuesto sobre el valor añadido (o, Am., al valor agregado), impuesto sobre la renta de
las personas físicas, etc. ; aunque sus siglas se escriban con mayúsculas (IVA, IRPF).
11. Las disciplinas científicas y las diversas
ramas del conocimiento: Nuevos avances en física
nuclear; La morfología es una parte de
la gramática; Es magnífica en
matemáticas. Solo se escriben con mayúscula inicial cuando nos
referimos a ellas como materias de estudio en contextos académicos o
curriculares (nombres de asignaturas, titulaciones, cátedras, facultades, etc.): Me he
matriculado en Arquitectura; ¿Quién te
da Física este año?
12. Las
leyes, teorías y principios científicos, salvo los nombres propios que formen
parte de la denominación: ley de la gravedad, ley de Ohm, principio de
Arquímedes, teoría de la relatividad.
13. Los nombres de las escuelas y corrientes de las diversas
ramas del conocimiento, así como
los de estilos, movimientos artísticos: darwinismo, platonismo, positivismo, culteranismo, dadaísmo, realismo mágico, despotismo ilustrado, cine negro.
Solo se escriben con mayúscula aquellos que abarcan todas o gran parte de las
disciplinas y dan nombre a periodos históricos culturalmente diferenciados: el Renacimiento, el Barroco, la Ilustración.
14. Los nombres que designan oraciones: el padrenuestro, dos
avemarías, el credo, el magníficat, salvo que se mencionen citando un
fragmento del verso con el que comienzan, caso en el que se tratan como si
fueran títulos: No recordaba el «Yo pecador».
15. Las variedades de vinos, quesos y otros
productos que se designan por el nombre del lugar del que son originarios o
donde se producen y, en general, los nombres de comidas y bebidas que tienen su
origen en un nombre propio: Tomaré un solomillo al
cabrales con una copa de rioja; Pruebe
un delicioso pionono; El manhattan es mi combinado
favorito. El nombre propio debe mantener la mayúscula si aparece en
un complemento especificativo: queso de Cabrales.
16. Los nombres de premios aplicados al objeto
que los representa o a la persona premiada: Se le
cayó el goya en la ceremonia; Entrevistó
al nobel de física.
17. Las voces
prehistoria e historia empleadas para designar los grandes períodos cronológicos
en que se divide la existencia de la humanidad se escriben con minúscula: Entre las prehistoria y la historia se construyeron
los dólmenes.
18. Los
nombres de razas de animales que tienen su origen en un nombre propio,
normalmente el topónimo de la zona de la que son originarios: un terranova, un chihuahua, un sambernardo.
19. Las marcas y nombres comerciales cuando no
designan ya un objeto o un producto de la propia marca, sino, genéricamente,
como nombres comunes, cualquier objeto o producto de características
similares: Espese la salsa con maicena; No sale sin ponerse rímel en las pestañas; Reparé el libro con
celo; Me tomé una aspirina para el dolor de cabeza.
20. Los símbolos de las unidades de medida (g por gramo, m por metro), los prefijos de submúltiplos de unidades de
medida (d- por deci-, c- por centi-, m- por mili-, etc.) y los prefijos de múltiplos de unidades de
medida hasta kilo- (da- por deca-, h- por hecto- y k- por kilo-). El símbolo del litro, que debe escribirse
preferentemente con minúsculas (l), admite su escritura con mayúsculas (L) si, debido a la tipografía utilizada, hay posibilidad de
confundirlo con el número 1.
21. Las diferentes etapas o ciclos educativos: educación infantil, educación primaria, educación secundaria, educación
superior, bachillerato, licenciatura, doctorado, etc. En el caso de que los sustantivos genéricos vayan
seguidos de un especificador de materia, este se escribirá con mayúscula en sus
componentes significativos: bachillerato de/en
Humanidades, licenciatura en Ciencias de la Salud, maestría en Administración
de Empresas.
La mayúscula sostenida
para favorecer la legibilidad
La mayúscula sostenida favorece la visibilidad y
legibilidad de textos cortos, por lo que se suelen escribir enteramente en
mayúsculas:
1. Las palabras o frases que aparecen en las cubiertas
y portadas de los libros y documentos, tanto impresos como electrónicos, así
como los títulos de cada una de sus divisiones internas (partes, capítulos,
escenas, etc.).
2. Las cabeceras de diarios y revistas: NOTICIAS DE GIPUZKOA; EL PAÍS; TIEMPO; aunque es cada
vez más frecuente su escritura únicamente con mayúscula inicial: La Voz de Galicia, Público.
3. Las inscripciones en lápidas, monumentos o placas
conmemorativas.
4. Los lemas y leyendas que aparecen en banderas,
estandartes, escudos y monedas: LIBRE CREZCA FECUNDO (en
el reverso de la moneda guatemalteca de cinco centavos), IRURAC BAT (emblema de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del
País, que significa “Las tres, una”, en alusión a las tres provincias vascas).
5. Los textos de los carteles de aviso o de las
pancartas: SE VENDE; NO A LA GUERRA.
6. En textos de carácter informativo, las frases que
expresan el contenido fundamental del escrito: Por
motivos de higiene, SE PROHÍBE DEPOSITAR BASURAS EN LA VÍA PÚBLICA.
7. Términos como aviso, nota, advertencia, posdata, etc., cuando introducen de forma
autónoma los textos correspondientes: AVISO: El
pago de recibos solo podrá efectuarse en ventanilla los cinco primeros días de
mes.
8. En textos jurídicos y administrativos, los verbos que
expresan la finalidad del escrito o que introducen cada una de sus partes
fundamentales, a fin de favorecer su lectura rápida: CERTIFICA, EXPONE, SOLICITA, CONSIDERANDO.
8. Los términos con los que se alude de forma breve y
repetida a las diversas partes que se citan como intervinientes en documentos
jurídicos o administrativos: D. José Pérez García,
en adelante, el DEMANDANTE…
9. Los
textos de los bocadillos en los cómics y viñetas gráficas.
LA MAYÚSCULA EN PUBLICIDAD, DISEÑO GRÁFICO Y
NOMBRES COMERCIALES
En
ámbitos como la publicidad o el diseño gráfico es frecuente la aparición de
mayúsculas y minúsculas no justificadas desde el punto de vista ortográfico.
Estos usos expresivos o estilísticos, que buscan atraer la atención del
receptor, no deben extenderse, en general, a la escritura ordinaria. Por ello,
aunque comienza a ser habitual que marcas y nombres comerciales presenten mayúsculas
intercaladas (MásVital, iBanesto) o que el nombre propio de la marca o institución aparezca
escrito enteramente en minúsculas en los logotipos (yoigo, adidas, renfe), la grafía del nombre comercial o institucional
debe acomodarse a la norma ortográfica y recuperar la mayúscula inicial cuando
se utilice en el interior de un texto general: Se compró un par de zapatillas Adidas;
Lo vio llegar con la mirada fija en su Iphone.
LA MAYÚSCULA EN LAS ETIQUETAS DE LAS
REDES SOCIALES
Una
etiqueta (en inglés hashtag) es una palabra o frase precedida por el signo # que permite
etiquetar los mensajes sobre un tema concreto para facilitar así su
recuperación. Estas etiquetas, aunque se compongan de varias palabras, se
escriben siempre sin espacios. Por ello, con el fin de facilitar su lectura y
comprensión, se puede aplicar la mayúscula inicial a todas las palabras que las
componen: #YoSíMeVacuno.
Cuando la etiqueta se compone de una sola palabra y forma parte de un
enunciado, es preferible el empleo de minúscula, salvo que se trate de un
nombre propio: Nos vamos de #vacaciones. ¡Ya
era hora!
EL ARTÍCULO EN LOS NOMBRES PROPIOS
1. La mayoría de los nombres propios
prototípicos (antropónimos y topónimos) no necesitan artículo para integrarse
en los enunciados. Sólo algunos lo incorporan como parte fija e indisociable de
la denominación, caso en que el artículo se escribe también con mayúscula: Estuve en La Haya el año pasado; Mi amiga
trabajó en El Salvador; Fui a Las Palmas de vacaciones. En estos casos, la
contracción con las preposiciones a o de no se realiza nunca en la escritura: Mi padre es de El Salvador (*Mi padre es del Salvador); Nunca he viajado a El Salvador (*Nunca he viajado al Salvador); Lo leí en la portada de El País (*Lo leí en la portada del País).
2. Se escriben siempre con minúscula por no
formar parte del nombre propio:
2.1. Los artículos que preceden a los apodos,
sobrenombres o seudónimos (el Litri,
Fernando el Católico), a las denominaciones alternativas de sedes,
edificios (el Pirulí), o a los
nombres propios de animales o cosas (el
Pájaro Loco, el Titanic).
2.2. Los artículos que preceden necesariamente
a los nombres de accidentes geográficos, como ríos, mares, montes, etc., aparezca o no expreso el sustantivo
categorizador: el (río) Ebro, el (pico)
Everest, el (océano) Mediterráneo, los (montes) Pirineos; también los que
anteceden a los nombres propios de regiones o comarcas: la Amazonia (o Amazonia),
los Monegros.
2.3. Los artículos que preceden de manera
opcional a muchos nombres de países y a los de algunos continentes: (el) África, (el) Camerún, (la) China, (los)
Estados Unidos.
2.4. Los que preceden al término específico de
una denominación, aun cuando se omita el sustantivo genérico: el Retiro (por el parque del Retiro), el Prado (por el museo del Prado), la Nacional (por la carretera Nacional).
2.5. Los artículos que preceden a los títulos
abreviados de obras de creación: el
Quijote, la Celestina; o a los títulos de los libros sagrados: el Corán, la Biblia, el Génesis.