viernes, 27 de abril de 2018
viernes, 20 de octubre de 2017
Detrás mío VS Detrás de mí
Es frecuente la utilización de adjetivos posesivos tónicos, es decir, los que se colocan detrás del sustantivo al que determinan -mío, tuyo, suyo, nuestro, vuestro- junto a adverbios con sentido locativo, es decir, adverbios de lugar: delante, detrás, encima, debajo, enfrente.
Aunque suenen bien, enunciados como
*Estaba detrás mío, por eso no lo vi,
*Había mucha gente delante nuestro o
*Vive enfrente tuyo,
en realidad están mal construidos, porque los adjetivos posesivos no pueden acompañar o hacer referencia a adverbios (detrás, delante, enfrente, encima, debajo, etc.) , sino a sustantivos.
En los ejemplos anteriores, lo adecuado sería decir: Estaba detrás de mi; Había mucha gente delante de nosotros; Vive enfrente de ti.
Por eso no debemos confundir estas construcciones con otras que son correctas como
“Alrededor mío” (= a mi alrededor),
“Al lado suyo" (= ”a su lado"),
precisamente porque “alrededor” y “lado” son sustantivos.
Lo adecuado para los casos expuestos anteriormente sería decir “detrás de mí”, “delante de nosotros” o “enfrente de ti”.
Un viejo truco para dilucidar si la construcción es correcta o no es anteponer el adjetivo posesivo átono -mi, tu, su- al adverbio o al sustantivo y ver qué sucede:
- Correcto: Mirando alrededor mío ----> Mirando a mi alrededor ( = Mirando alrededor de mi)
- Correcto: Permaneció al lado tuyo ----> Permaneció a tu lado ( = Permaneció al lado de ti).
- Incorrecto: *Estaba detrás suyo ----> *Estaba su detrás. Lo correcto sería: Estaba detrás de él/ella.
- Incorrecto: *Apareció delante nuestro ----> *Apareció nuestro delante. Lo correcto sería: Apareció delante de nosotros.
Aunque suenen bien, enunciados como
*Estaba detrás mío, por eso no lo vi,
*Había mucha gente delante nuestro o
*Vive enfrente tuyo,
en realidad están mal construidos, porque los adjetivos posesivos no pueden acompañar o hacer referencia a adverbios (detrás, delante, enfrente, encima, debajo, etc.) , sino a sustantivos.
En los ejemplos anteriores, lo adecuado sería decir: Estaba detrás de mi; Había mucha gente delante de nosotros; Vive enfrente de ti.
Por eso no debemos confundir estas construcciones con otras que son correctas como
“Alrededor mío” (= a mi alrededor),
“Al lado suyo" (= ”a su lado"),
precisamente porque “alrededor” y “lado” son sustantivos.
Lo adecuado para los casos expuestos anteriormente sería decir “detrás de mí”, “delante de nosotros” o “enfrente de ti”.
Un viejo truco para dilucidar si la construcción es correcta o no es anteponer el adjetivo posesivo átono -mi, tu, su- al adverbio o al sustantivo y ver qué sucede:
- Correcto: Mirando alrededor mío ----> Mirando a mi alrededor ( = Mirando alrededor de mi)
- Correcto: Permaneció al lado tuyo ----> Permaneció a tu lado ( = Permaneció al lado de ti).
- Incorrecto: *Estaba detrás suyo ----> *Estaba su detrás. Lo correcto sería: Estaba detrás de él/ella.
- Incorrecto: *Apareció delante nuestro ----> *Apareció nuestro delante. Lo correcto sería: Apareció delante de nosotros.
sábado, 14 de octubre de 2017
deber + infinitivo VS deber de + infinitivo
-Deber + infinitivo indica obligación
o suposición.
-Deber de + infinitivo únicamente expresa suposición.
En
los medios de comunicación es habitual encontrar frases en las que el uso de deber
de + infinitivo es inapropiado cuando lo que se pretende expresar es
obligación: «*El gobierno debería de proteger más a las víctimas de
la violencia de género» o «*El torneo tiene unas reglas que deben de cumplirse
a rajatabla».
El Diccionario panhispánico de
dudas explica que la perífrasis deber + infinitivo se
construye siempre sin la preposición de cuando indica obligación: «Los
docentes deben promover actitudes de compromiso y solidaridad entre sus alumnos»
y no «*docentes deben de promover
actitudes de compromiso y solidaridad entre sus alumnos».
Por tanto, en los ejemplos anteriores lo adecuado
habría sido escribir «Cuando un equipo de trabajo apuesta por un proyecto, debe
ser secundado por todos», « El gobierno debería proteger más a las víctimas de
la violencia de género » y « El torneo tiene unas reglas que deben cumplirse a
rajatabla ».
Para manifestar posibilidad
o suposición, en cambio, sí se puede emplear deber tanto con la preposición de como sin ella:
«Deben de ser las doce» o «Deben ser las doce». Puede decirse de las dos
maneras y ambas significan ‘Me parece que son las doce' o ‘Serán las doce’.
lunes, 31 de julio de 2017
jueves, 15 de junio de 2017
LA y EL ante NOMBRES FEMENINOS: el agua, el hacha
Conviene recordar que las formas el y un que combinan con palabras femeninas que empiezan
por a (ha) tónicas son históricamente femeninas, pues
proceden de los femeninos latinos illam (> ell> el(a)), unam (> un(a)). Por
ello, hay que hablar de unas formas el, un masculinas (el niño, un niño), y otras
femeninas (el alma, un alma).
Para el uso correcto de
artículos y adjetivos con los sustantivos
femeninos en singular que empiezan por a tónica, se han
de observar algunas consideraciones:
1. Cuando el artículo
determinado precede inmediatamente al sustantivo, este -por razones de fonética histórica- adopta la forma masculina el, un en lugar de la: el/un
agua, el/un águila, el/un acta, el/un alma, el/un ama, el/un habla, etc. Si entre el
artículo y el nombre se interpone otro elemento esta regla no se aplica: la/una imponente águila y no *el/un imponente águila; la cristalina agua y no *el/un
cristalino agua.
2. La hache muda no impide que se adopte la forma masculina
del artículo: el/un hacha, el/un hambre, el/un hada, pero la/una acerada
hacha, la/una
atroz hambre.
3. El hecho de anteponer el artículo el a
un sustantivo no implica cambio de género, es decir, no convierte la palabra en
masculina, por lo que los adjetivos
y
otros modificadores siguen concordando en femenino: el aula magna, el
arma blanca, el hada
madrina, el ancla oxidada, el habla castellana, con toda el alma, el agua está contaminada.
4. Los plurales conservan la forma femenina las: las/unas
águilas, las/unas hachas, las/unas aguas, las/unas aulas,
las/unas actas, las/unas amas, etc.
5. Esta regla se
aplica al artículo que precede al sustantivo, NO ante adjetivos, adverbios ni preposiciones: la/una oxidada ancla y no
* el/un oxidado ancla, *la/una
atareada ama de casa, *la/una alta posición, *la
antes ama de casa, *la hasta ayer diputada.
6. Escepciones al uso de la forma el del artículo ante sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica:
-Mantienen el artículo la los nombres de letras (la hache, la a, la alfa);
-los de persona (la Ana de siempre, la Ángela de la que te hablé);
-los sustantivos que teniendo dos terminaciones, una para cada género, han comenzado a usarse recientemente en femenino (la árbitra);
-los toponímicos de ciudades y países (La Haya, la Amsterdam lluviosa de otros tiempos, la Austria católica) [sin embargo con los nombres de continentes se prefiere la forma el: el África subsahariana, el Asia más occidentalizada, pero la América Latina];
-cierto número de voces de reciente incorporación que se refieren a personas y tienen una única forma válida para ambos géneros (la árabe, la ácrata);
-las siglas cuyo núcleo no abreviado es un sustantivo femenino (la APE, asociación primatológica española).
-Mantienen el artículo la los nombres de letras (la hache, la a, la alfa);
-los de persona (la Ana de siempre, la Ángela de la que te hablé);
-los sustantivos que teniendo dos terminaciones, una para cada género, han comenzado a usarse recientemente en femenino (la árbitra);
-los toponímicos de ciudades y países (La Haya, la Amsterdam lluviosa de otros tiempos, la Austria católica) [sin embargo con los nombres de continentes se prefiere la forma el: el África subsahariana, el Asia más occidentalizada, pero la América Latina];
-cierto número de voces de reciente incorporación que se refieren a personas y tienen una única forma válida para ambos géneros (la árabe, la ácrata);
-las siglas cuyo núcleo no abreviado es un sustantivo femenino (la APE, asociación primatológica española).
7. En los diminutivos derivados de estos vocablos, la a inicial no es tónica, por lo tanto van
precedidas del artículo femenino: la
agüita, la hachita.
Lo mismo sucede para los sustantivos femeninos compuestos que comienzan por /a/ átona, pero cuyo primer elemento, como palabra independiente, empieza por /a/ tónica: la aguanieve, la avemaría, la aguamarina.
8. Con los indefinidos un, algún y ningún se admiten ambas posibilidades, aunque la tendencia
general es emplear la forma masculina: un/una ave, algún/alguna aula vacía, ningún/ninguna hambre.
9.No se pueden emplear indistintamente, en cambio, los adjetivos determinativos otro, todo, mucho, poco, demasiado…,
ni los demostrativos (este, ese aquel), por lo que lo adecuado es esta aula, toda habla, poca/mucha/demasiada hambre, otra hacha y no *este aula, *todo habla, *poco hambre, *otro hacha.
10. Si la a
inicial no es tónica, se siguen las normas generales: aceite es una voz masculina y será el aceite y los
aceites, mientras que harina es una voz femenina y será la harina y las
harinas.
Las
palabras azúcar y arte son casos excepcionales de concordancia que presentan
diversas peculiaridades. La voz azúcar tiene
género ambiguo, por lo que puede usarse indistintamente en masculino o femenino. El término
arte es masculino en singular (el arte egipcio), pero femenino en
plural (las artes escénicas).
viernes, 9 de junio de 2017
Concordancia de las construcciones partitivas
Concordancia de las construcciones partitivas: La
mayoría (de los trabajadores) hizo o hicieron huelga.
En
la mayor parte de las construcciones del tipo la mitad de, el resto de, la mayoría de, etc., es adecuada tanto la
concordancia con el verbo en plural (la mayoría de los trabajadores hicieron huelga) como en singular (la mayoría
de los trabajadores hizo huelga).
En los medios de comunicación podemos
encontrar ejemplos como «La mayoría de los ciudadanos está a favor de la cadena
perpetua», «La mitad de los jóvenes viven con sus padres» o «Un grupo de ciclistas
es atacado por abejas».
La Nueva gramática de la lengua española explica que en estas construcciones partitivas la
concordancia depende de si como núcleo se considera el propio
cuantificador singular (la mayoría, la
minoría, el resto, la mitad, un grupo, toda clase, todo tipo…) o el sustantivo en plural que lo sigue introducido por la
preposición de (los trabajadores en La
mayoría de los trabajadores).
Aunque
bien lo más habitual es la concordancia en plural (La mayoría de los parlamentarios
votaron en contra), todos los ejemplos anteriores pueden considerarse
correctos.
La doble concordancia también se considera correcta si el complemento introducido por de se omite: la mayoría (de los parlamentarios)
votaron/votó.
En cambio, la concordancia con
el verbo es obligada en plural cuando el verbo lleva un atributo o un complemento
predicativo («La mayoría de los trabajadores están insatisfechos»)
o si los cuantificadores (infinidad, cantidad, multitud…)
se utilizan sin
determinante, como
en «Multitud de personas corrieron despavoridas».
Así pues, en caso de duda, debemos recordar
que la
concordancia en plural es siempre adecuada.
Para mayor información, consulte:
http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=XEVeLzVZaD6CG25cW5
viernes, 2 de junio de 2017
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