CEDRO

sábado, 26 de agosto de 2023

La importancia de la coma: el VOCATIVO

 La importancia de la coma: el VOCATIVO 

La escritura de la coma tiene por objeto poner de manifiesto las relaciones sintácticas, por lo que no siempre su presencia responde a la necesidad de realizar una pausa en la lectura y, viceversa, existen en la lengua oral pausas breves que no deben marcarse gráficamente mediante comas. Aunque el uso de la coma depende, en ocasiones, del gusto o de la intención de quien escribe, de factores contextuales (como la longitud, la complejidad del enunciado o la puntuación adyacente), existen comas de presencia obligatoria o recomendable en un escrito para que éste pueda ser correctamente interpretado. Son comas que delimitan: 

-estructuras coordinantes, como las enumeraciones: Tengo que cambiar las sábanas, poner la lavadora, barrer y pasar la fregona.

-incisos, como los adjetivos explicativos: Los amigos, borrachos, volvieron en taxi (que no es lo mismo que Los amigos borrachos volvieron en taxi: no todos los amigos volvieron en taxi, únicamente los que se habían emborrachado)

-oraciones subordinadas, como las oraciones causales lógicas o explicativas que no introducen la causa, sino el hecho que permite afirmar o enunciar lo que dice la or. principal: Ha llovido, porque el suelo está mojado (a diferencia de la causal pura o real que sí expresa la causa real de lo anunciado en la or. principal y no lleva coma: El suelo está mojado porque ha llovido)

-elisiones verbales, porque el verbo ha sido mencionado antes o se sobreentiende: Su padre es español; su madre, (es) inglesa.

-significados diferentes de un mismo enunciado: Me he vestido, como me indicaron (me dijeron que me vistiera) no significa lo mismo que Me he vestido como me indicaron (me dijeron cómo vestirme).

-otros constituyentes del enunciado con alto grado de independencia sintáctica, como los vocativos.

El vocativo es un caso de la declinación latina que se emplea para marcar expresiones nominales (o pronominales) en función apelativa, es decir, para invocar, nombrar o llamar de forma explícita al interlocutor, a una persona o cosa personificada.

-Hola, Chema. ¿Qué tal estás?, ¿un poco mejor?

-No, querido, sigo igual.

Vamos, chicos, a la escuela (se exhorta a los chicos a apresurarse) vs. Vamos chicos a la escuela (se predica que es un centro masculino); María, come en la cocina (orden) vs. María come en la cocina (afirmación).

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